viernes, 8 de diciembre de 2006

MIRIAM MARQUEZ:Premio Literario 1991

Paso mucho tiempo es verdad,Miriam Marquez gano uno de los primeros premios del concurso literario de la Peña en 1991 con este cuento:

"ESTA FRAGILIDAD DE LA CORDURA"
La miro y desfallezco. Ese rostro...Azucena, antipoda de las azucenas con sus alucinantes infinitos matices caobas. Sus labios de fruta veraniega, sucumbo en el deseo de tenerla. Que no sacaria yo de ella?. Inventaria los colores para su rostro, y ella sentiria salir de sus mejillas, libelulas sorprendidas. Que no haria yo por vos Azucena!!!.
Esa noche conversabamos con Mario Cesar. Todavia tengo en la mente sus palabras de delirio. La amistad que nos une me impedia reirme a carcajadas. Siempre he terminado creyendo todo lo que me dice, merito de su personalidad articulada y esta consecuencia logica de un intelecto dedicado a las ciencias exactas. Sin embargo, no quise tomar en serio esa confesion. Me gustaba compartir mi tiempo y mis ideas con alguien diferente. El gozaba de fama de matematico incorruptible, y la misma, le conferia un aire de apacible cordura. Era incapaz de disfrutar de los rutinarios placeres pueblerinos, se lo impedia su actitud de escaso compromiso con lo que tuviera relacion con la vida interior, reflejada en nuestros actos cotidianos. Quizas hablando un poco mas de el consiga darle el espacio exacto, real, el espacio humano que por omision o exclusion mia, o de el, y de todos, le tenia negado en mi mente.
A ver, veamos, Mario Cesar niño fugaz, el eterno adulto. Me acostumbre a verlo ensimismado en sus ecuaciones, cubicaciones, y en cuantas "ciones" tuvieran relacion directa con calculos matematicos. Tanto me acostumbre, que se me perdio el compinche de los atardeceres robados a la profesora de ingles, en aquellas tardes frias cuando nos escapabamos por la puerta del fondo, y yo hablaba de la inmortalidad de los colores y el cronometraba el paso fugaz de los astros.
Cuando comenzo a dar clases de fisica me alegre por el y por los gurises, era una epoca en que plantearse enseñar en serio era un gesto heroico, y aprender la tarea mas dificil. Su incursion en la docencia, le permitio regresar a un mundo que habia abandonado cuando aun no terminaba su tiempo cronologico, pero como Mario Cesar dominaba perfectamente sus emociones, supo disfrutar del encanto de la adolescencia de otros con la misma sabia condescendencia con que dejo pasar la propia.
Azucena tiene un color perturbador, canela barro cocido....su rostro es perfecto, anfora su cuerpo....y sus silencios magicos transforman todas las trivialidades.
Al tiempo que sus palabras vuelven a mi, siento que lo recupero, o que recien hoy atraves de el mismo, deja de ser el opaco personaje, para sumirse por entero en el ser humano sumergido en sensaciones, que solo pueden ver a traves de sus cristales, la imagen....pan tostado, que le envia los mensajes mas cautivantes.
Atras quedaron las ecuaciones, los logaritmos. Los colores han trastocado su identidad, y en ellos dominan las ansias de Azucena, flor vedada.
En la esquematica vastedad de mi concepto del mundo, no encontraba el espacio en que estos dos seres se podian juntar. Eran esencialmente diferentes.
Incapaz de ver mas alla de mis fronteras los condene al fracaso o a lo que es peor, al desencuentro. De cualquier manera, es bueno que diga que mi percepcion de lo que Azucena era, tenia escasa similitud con la idea catartica e inasequible que mi amigo se habia forjado. Yo la conocia de toda la vida. La suya bien corta pues era muy joven. Su hermana y yo eramos amigas, y algunas veces saliendome de las cotidianidades de nuestra amistad, solia curiosear en sus idas y venidas. Si, era bonita, pero mas que bonita era alegre, tenia un descaro simpatico que desarmaba al mas formal. Otra contradiccion de Mario Cesar; a el le fascinaban sus silencios.
Casi puedo verla llegar en su bicicleta centenaria, de manubrios hacia arriba y tornillos que se sacudian a cada pedalazo, haciendo peligrar su propia estabilidad. Recuerdo vivamente aquel dia de cara lavada y pantalones prestados, con toda su pobreza a cuestas, frenando con el talon en la rueda trasera, y casi cayendo sobre mi para decirme:"La vieja se las pico. Se fue. Quedamos en banda. Cierro los ojos y puteo bajito. Que mierda!!. El reproche no esta dirijido a su madre, que aguanto lo suyo, hasta que decidio que podia haber otra manera de sobrevivir, y ella lo comprende. Azucena de catorce años, en medio de cuatro hermanos hacia abajo y de cinco hermanos hacia arriba, tan abandonados como ella, y como yo, en ese momento, tratando de que la solidaridad fuera algo mas que un sentimiento abstracto. No entrare en detalles de las angustias cotidianas de Azucena, que eran muchas, pero es importante que deje constancia de mi admiracion por ella. La naturalidad con que asumio su nuevo papel en la vida, ayudo a que las nuevas responsabilidades no cambiaran su actitud fresca, sencillamente sensata.
Mi aliento depende de sus miradas. No lo vas a comprender, ni lo intentes. La inestabilidad de vacio en que me sumerjo me transporta. Quizas deberia temer a esta capacidad de goze absoluto y desconocido. Palabras de Mario Cesar, montañas de palabras que van preparando su entrada a la magia de un escenario, donde solo los impulsos cuentan.
Una tarde de invierno ya oscurecida, en la promesa del lugar calido que en algun sitio me esperaba, encuentro a Azucena. Diferente, casi exotica diria,si el adjetivo no encerrara tanto misterio. Su maquillaje me hablaba de una precision artistica que desconocia en ella, y que desentonaba con su aspecto habitual. Me mira como disculpandose, y murmura explicaciones que yo no rehuyo, siento que sea lo que sea me concierne."Vengo de la casa de Mario Cesar" dice en un tono casi confidencial que no dura mucho, porque repentinamente es ella, con su risa abierta y escandalosa, hablando sin parar:"Este tipo es loco sabes?". Se atropella entre risas y palabras tratando de restar importancia a la situacion."Me siente en una silla y me pinta. Si!!Morite, flaca, aunque no lo creas!! Me maquilla los ojos, los labios...me mira alucinado...!!y la casa flaca!! Si la vieras...es de pelicula. Al principio me daba miedo, yo sentada ahi entre tanto lujo, pero ahora me divierte sabes? Es raro si, pero es bueno". Me sorprendio de mala manera la concrecion parcial, o lo que yo asumia por concrecion parcial de un romance que mas que loco lo encontraba sordido. No se si eran mis prejuicios pueblerinos o los otros, los militantes. lo que me hacia estar en pie de guerra, prometiendome a mi misma volver a hablar con Mario Cesar, intentar sacar algun sentido de toda esa fantasia, en la que lo veia perdido. Me falto vision para desentrañar lo valioso que podia existir en esa relacion y aquello que me parecia tan simple, encarar a mi amigo y hacerle preguntas, se hizo imposible. En realidad, jamas volvi a tocar el tema con el. Cedi a la aceptacion de la realidad, quise olvidar el episodio y lo logre. Al poco tiempo sali de viaje y poco a poco todo fue desvaneciendose en mi memoria.
Al cabo de algunos años de ausencia, al regreso, las vivencias de entonces vuelven a cobrar vida, forma y color.
Encuentro a Azucena con dos niños colgados de su falda, tan diferentes entre ellos y a ella misma, que cuesta definirlos. Ella rie y afirma:"Son solo mios, y nunca niños se han parecido tanto a su madre". La pregunta surge espontaneamente, como si no fuera posible hablar de otra cosa. "Como estas con Mario Cesar?".Azucena comienza a hablar, y yo siento miedo de cosas que se han roto. Su rostro de moldear se resquebraja lentamente y me habla despacio. Me cuenta como si hubiese dejado de verme ayer. Oigo de su deseo por aquel hombre jamas materializado. Del panico de los ultimos tiempos. De Mario Cesar sacando flores, abejas, y hasta sonidos de campanas de su rostro. Del dia en que lleno el dormitorio de libelulas multicolores, en un frenesi cuantitativo sin igual, sumandolas y restandolas para luego multiplicarlas. Azucena penso que ya habia ido demasiado lejos. Con los ojos brillando de asombro y toda la sencilla cordura que puede encerrar una simple expresion, me dijo:
"Lo deje flaca, el final tuve miedo de que me cortara la cabeza".

MIRIAM MARQUEZ

1 comentario:

zulema dijo...

Tanta realidad duele hasta el fondo del alma.