lunes, 4 de diciembre de 2006

DEBUT Y DESPEDIDA

Nunca habia tenido un publico tan entusiasta, tan concentrado hasta en sus mas minimos movimientos.
Cada gesto suyo provocaba un suspiro en la audiencia.
Lo habia logrado, tenia para si absolutamente toda su atencion, y nada menos que ahora a sus setenta y ochos años, cuando la esperanza estaba perdida y ella yacia agonizante en un cuartucho malholiente y frio.
Magdalena levanto sus brazos como agradeciendo al sol el milagro de romper su aislamiento.
Su naufragio solitario de anciana pobre, y el publico se abalanzo soltando un sonido ahogado, como un gemido, un sollozo colectivo.
La luz del sol le daba en la frente y le arrancaba un gesto de niña traviesa.
ZULEMA CAPPIELLI

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