jueves, 21 de junio de 2007

NOCTURNO.Elias Nandino.Mexico

Cada mañana,al despertar,resucitamos;
porque al dormir morimos unas horas
en que,libres del cuerpo,recobramos
la vida espiritual que antes tuvimos
cuando aun no habitabamos la carne
que ahora nos define y nos limita,
y eramos,sin ser,misterio puro
en el ritmo total del Universo.

Porque al dormir morimos sin saberlo;
nos vamos al espacio en agil vuelo
sin perder la unidad que nos integra,
y somos como somos:identicos,sin cambio,
extensos y desnudos
como el azul en el temblor del aire.
No extrañamos el cuerpo;no sufrimos
la ausencia de la piel que nos cobija;
somos como antes de nacer:etereos,
vivos en plenitud de firmamento
y penetrantes como luz en sombras.

Y nadie,cuando duerme,acaso piense
que yace en los dominios de la muerte;
porque el cansancio,apenas agonia,
nos borra la razon,
desciende con ternura nuestros parpados,
apaga nuestros ojos,
anestesia la carne y nos separa de ella
para dejarnos vivos en el sueño.

Y esta costumbre de morir a diario,
sin dolor,sin sorpresa,
natural como el agua
que se deja atraer por el declive,
no nos deja pensar que es una muerte
cada vez que dormimos,
y que,de cada muerte transitoria,
aprende nuestro ser
la verdad de morir su muerte eterna.

No hay comentarios.: